Cerro del Picacho
Ubicado en los pies del monumento natural del Cerro del
Muerto, con una altura de 2440 metros, que nos permite apreciar los mejores
atardeceres de Aguascalientes y de todo México.
En él hay espacio para coyotes, mapaches, pumas, entre otras
especies; pero también para intrépidos campistas, los cuales deciden pasar la
velada acurrucados entre los matorrales.
El Área Natural Protegida Monumento Natural Cerro del Muerto
fue decretada como Área Natural Protegida Estatal, con la categoría de
Monumento Natural, el 26 de mayo de 2008, fecha en que se publicó dicho mandato
en el Periódico Oficial del Estado de Aguascalientes y fue el 13 de abril de
2015, se oficializó el Programa de Manejo del Área Natural Cerro del Muerto.
Leyenda:
El Cerro del Muerto no se entiende sin sus leyendas, las
cuales hablan de hombres gigantes, guerras y pasadizos secretos. Según el
Archivo Histórico Municipal, estos relatos se remontan a tiempos en los que los
Chichimecas, Chalcas y Nahuatlacas habitaban la región.
Cada uno de los tres pueblos, los cuales convivían de manera
pacífica, estaba representado por su sacerdote. Los tres religiosos compartían
una curiosa particularidad: todos ellos eran altos y fornidos, una especie de
gigantes imponentes.
Un día, tras una reunión, el sacerdote chichimeca decidió
bañarse en uno de los charcos de aguas calientes, que se creía que los Chalcas
habían sembrado. Se metió en el agua y desapareció ante el estupor de sus
seguidores, quienes culparon al grupo rival de haberlo secuestrado.
Esto originó una cruenta guerra entre los dos pueblos, de la
que los Nahuatlacas se desentendieron. En el fulgor de una de las batallas,
apareció el monje perdido, quien fue atravesado por una flecha que no acabó con
su vida al instante. El enorme individuo trató de huir dejando un rastro de
sangre a su paso antes de caer y sepultar al pueblo chichimeca, acción que dio
lugar al cerro con forma de hombre muerto tal y como se le conoce hoy.